Ambito Lacustre
                VWA posee en su predio industrial una laguna artificial, que
                    está ubicada junto a la pista de pruebas. La excavación
                    original, de forma rectangular, se destinó a pulmón
                    para aliviar la descarga pluvial de la planta al Arroyo El
                    Claro, y simultáneamente como una reserva colectora
                    de agua de lluvia, para su potencial uso en la extinción
                    de incendios. Su profundidad máxima es de 2 metros,
                    y tiene un volumen medio estimado en 15.000.000 litros.
                    
                    Hoy en día, a más de 20 años de su construcción,
                    la laguna se ha transformado en una singular expresión
                    de un ámbito lacustre o humedal, como las zonas de lagunas
                    y bañados de la región ecológica de las
                    pampas. Esto se debió a un proceso natural inicial,
                    complementado por VWA con monitoreos y oxigenación del
                    agua, plantación de especies, etc. 
                    
                    A pesar de sus reducidas dimensiones, la laguna nos presenta
                    algunos paisajes puntuales, muy típicos de esta zona
                    del Río de la Plata. Cuando aprendemos a mirar, la
                    vida nos saluda a cada paso:
                    
                Cortaderal y Juncal
                
                  
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                Densos matorrales de cortaderas (juncos) pueblan la cabecera
                      y márgenes de la laguna. Es el ambiente natural para
                      las huidizas gallaretas y pollas de agua, y lugar de cría
                      de los macaes (patos zambullidores) y de la garza chiflona.
                      En estas riberas también anidan cuis (roedor autóctono),
                      ratones y batracios.
                      
                      Ribera del Timbó y Ceibal 
                      
                      El timbó configura como uno de los puntos focales del
                      lugar. Flanqueado por ceibos, y en el centro de un denso matorral
                      de pasionarias, murtas y otros arbustos típicos, este
                      añoso árbol herido por el rayo hunde sus raíces
                      en el agua, confiriéndole al lugar un halo temperamental,
                      misterioso. Por ser el lugar más alto con influencia
                      directa sobre el espejo de agua, sus ramas refugian a una gran
                      cantidad de aves. La zona más alta de la copa es preferida
                      por las tijeretas, como base de sus evoluciones aéreas
                      en busca de insectos. Las ramas bajas son asiento de las golondrinas
                      de ceja blanca, que planean muy cerca del agua, y hacen sus
                      capturas aún en la superficie misma. La parte central
                      es territorio de los pirinchos. La zona umbrosa de las raíces
                      alberga a las garzas chiflonas, pollas de agua y gallinetas.
                      Los ceibos son visitados por picaflores en el verano, y también
                      por especies de tiránidos (Benteveo común,
                      Benteveo Real y Picabuey) dada la importante cantidad de
                      insectos.
 
                      
                      
                
                  
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                Zona Central del espejo
                      
                      Aquí se ven las especies de mayor movilidad. Macaes
                      que predan las mojarras y renacuajos en grandes recorridos
                      subacuáticos, y también el Cormorán Común
                      (biguá), que seca sus alas al sol, entre zambullidas.
                      La presencia de muchas de las especies citadas es estacional,
                      y todas tienen sus ritmos que acompañan a los ciclos
                      del clima.
                      
                      En razón de su potencial ecológico, la laguna
                      se ha convertido en un punto emblemático de la conciencia
                      ambiental de nuestra planta. Un grupo de empleados aficionados
                      efectúa un relevamiento de las aves totalizando
                      62 especies a la fecha, entre laguna y resto del predio.
                      Como acciones futuras se prevén la adecuación
                      de un área para favorecer el asentamiento y visitas
                      de zancudas (y reproducción de anfibios y otros seres
                      de la cadena trófica) y el implante de especies autóctonas,
                      vegetales y animales.