Consigna 2007: Medio Ambiente
y Energía
Reportaje a Guillermo Fiad, Presidente
de Duke Energy Argentina
"Siendo los combustibles fósiles
recursos limitados, debemos ocuparnos no sólo de su uso eficiente
sino también procurar, cuando sea posible, fuentes alternativas"
¿Piensa usted que la provisión de energía se encuentra
en conflicto con el Medio Ambiente? ¿Por qué?
La utilización de recursos naturales no renovables para la generación
de energía conlleva necesariamente a un impacto en el medio ambiente.
Es responsabilidad de quienes hacemos uso de esos recursos tomar todas las previsiones
necesarias para llevar a cabo operaciones sostenibles que minimicen cualquier
conflicto posible.
En particular, Duke Energy es una empresa comprometida con la comunidad, observando
la preservación del medio ambiente, cuidando la salud de sus empleados
y garantizando altos estándares de seguridad en su operación y
gestión.
Por otro lado, es también posible producir energía a partir de
sistemas más amigables con el medio ambiente y perfectamente sostenibles
por ser provenientes de recursos renovables y no contaminantes como lo son los
casos de la energía eólica e hidráulica entre otras. Es
de esperar un mayor desarrollo de estas y otras tecnologías que en un
futuro puedan reemplazar a las no renovables en el desafío de abastecer
la demanda energética de las futuras generaciones.
¿Cómo afecta a su proceso productivo la provisión de energía? ¿Es
un insumo crítico?
Por supuesto. Duke Energy Argentina, subsidiaria de Duke Energy International,
es una empresa generadora de energía eléctrica y comercializadora
de energía eléctrica y gas natural.
La energía actual proviene, en su mayoría, de
los combustibles fósiles. ¿Esto es una preocupación
para usted? ¿Por qué?
Siendo los combustibles fósiles recursos limitados, no hay
dudas de que debemos ocuparnos no sólo de su uso eficiente
sino también procurar, cuando sea posible, fuentes alternativas.
Además, las emisiones provenientes del uso de combustibles
fósiles es un tema prioritario en nuestra realidad actual,
cuyo impacto sobre la salud y el medio ambiente debe ser siempre
minimizado.
¿Su empresa podía transformarse para consumir
energías alternativas (biocombustibles, eólica,
hidrógeno, etc.)? ¿Qué tiempo le demandaría
la conversión?
Duke Energy opera en Argentina con plantas de generación
del tipo hidroeléctrico y térmico. En el caso de
la central hidráulica, no resulta aplicable transformar
el recurso energético dado que nuestro principal insumo
es el agua, un recurso renovable que utilizamos para girar nuestras
turbinas y luego restituimos al curso original del río
Neuquén.
En el caso de la central térmica, ésta opera a
partir del gas natural, más limpio que otros combustibles
hoy utilizados en el mercado. Es así que probablemente
resulte prematuro en esta etapa el análisis de la conversión
a biocombustible, ya que por un lado aún existe un debate
acerca de sus beneficios globales y, por el otro, sería
prioritaria la conversión de otros usos en el mercado.
¿Cómo ve usted el futuro en el tema energético
en los próximos 15 años? ¿Las energías
alternativas son una moda o constituyen una necesidad?
En Duke Energy Argentina creemos que el desarrollo y uso de energías
alternativas en todo el mundo constituyen un gran desafío
para todos los participantes del mercado energético. En
particular en Argentina, durante los últimos años,
la producción de energía eléctrica creció basándose,
principalmente, en gas natural.
Hoy, la evolución de la
disponibilidad y los precios de este combustible, junto con la
demanda creciente de la población, hace necesario el replanteo
de una matriz energética diferente y sostenible que necesariamente
deberá incluir, entre otros, el desarrollo de nuevos proyectos
hidráulicos y eólicos como fuentes de energías
alternativas.
Nuestro interés en el tema se ve reflejado en el compromiso
personal del Presidente y Ejecutivo Principal de Duke Energy,
Jim Rogers, quien en enero de este año se unió al
grupo denominado “Sociedad de Acción Climática
en los Estados Unidos” (USCAP) junto a otros ejecutivos
de grandes empresas de los Estados Unidos y a grupos ambientales
para poner la atención nacional en el cambio climático.
Rogers anunció que no existen las soluciones mágicas
a las que una empresa de servicios públicos pueda recurrir
para encarar la cuestión del cambio climático en
forma efectiva. Advirtió que debemos avanzar en todos
los frentes –eficiencia energética, energía
renovable y carbón limpio, gas natural y centrales nucleares – mientras
buscamos formas de satisfacer la necesidad de electricidad de
los años venideros.En los Estados Unidos, Duke Energy
invierte en tecnología nuclear y busca desarrollar otras
alternativas de menor impacto ambiental como iniciativa, anticipándose
a las necesidades del futuro.
Casi todas las formas de energías alternativas deben
hoy ser subsidiadas si el petróleo cotiza a menos de U$$
70 el barril. ¿Cómo cree usted que se subvencionará esta
provisión en la Argentina?
Actualmente existe un marco jurídico que otorga subsidios
directos a los proyectos de generación a partir de tecnologías
alternativas (Ley N° 26.190 de Fomento de las Energías
Renovables). Esperamos que estos incentivos sean suficientes
como para desarrollar nuevas tecnologías.
A su juicio, cuál será en el futuro (20/30 años)
la energía que tendrá mayor preponderancia (cuál
es la que tiene mayores posibilidades de éxito).
Sin dudas, el abastecimiento a través de tecnologías
alternativas como eólica, hidrógeno, solar y otras
irá incrementando su participación en la matriz
energética a largo plazo. Sin embargo, no visualizo ninguna
con un liderazgo marcado en este momento ni, lamentablemente,
con capacidad concreta de absorber la creciente demanda mundial.
Por esta razón, no se deberán abandonar aún
los desarrollos tecnológicos actuales tendientes a mejorar
la provisión basada en hidroelectricidad, energía
nuclear y combustibles fósiles.
¿En su empresa, usted está previendo algún
cambio en este sentido, o espera que su decisión futura
se adapte a condiciones exógenas?
La decisión de nuestra compañía es buscar
proyectos viables para invertir y hacer crecer nuestra oferta
energética en Argentina. Además, estamos previendo
que las tecnologías alternativas adquirirán cada
vez mayor protagonismo. Es así que mantenemos nuestro
radar activado para considerar diferentes proyectos que sean
sostenibles en el largo plazo.
¿Usted cree que el Gobierno debe impulsar la adopción
de energías alternativas, o debe esperar que las empresas
sean las que tomen la iniciativa en ese sentido?
Creemos que tanto el Gobierno como el sector privado deben ser
proactivos y actuar coordinadamente en sus esfuerzos por desarrollar
las energías alternativas.
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