Que grandes son los recuerdos.
Que grandes son las heridas.
Que uno a veces cree estar curado,
cree haber olvidado,
pero de pronto, como sin pensarlo,
en el momento menos indicado,
en el momento que menos lo creía
se da cuenta que no ha sanado,
se da cuenta que no ha olvidado.
Ahí viene todo nuevamente
y las heridas que un poco habían cerrado
comienzan a abrir
como si fuesen de ayer,
comienzan a arder, doler
y a ti no te queda mas que sufrir,
y estar solo en ese sentir.
A nadie le puedes contar
ni hablar,
porque no lo entenderían jamás.
Entonces esas heridas,
que habían quedado en el olvido
se transforman en un recuerdo vivo.
Tomás Thibaud
15 de marzo de 2003.