Días atrás un amigo me hizo leer un ensayo que comenzaba diciendo: “Hoy, como tantos otros días amanecí pensando en la vida y en todo lo que ella me regala a diario”
Lo leí en aquella oportunidad y lo pase por alto como si fuese normal escuchar tales palabras. Pero hoy nuevamente lo he leído y me he dado cuenta de la simpleza y a la vez profundidad de tal oración. Me hizo pensar en ciertas cosas que me mueven a escribir estas líneas…
Cuantas veces en un día uno escucha, siente, percibe del prójimo, mal humor, quejas, mal estar, desagrado ante la vida; cuantas veces ha escuchado decir estoy mal, me va mal en todo, esta vida es aburrida, es una rutina. Muchas, la verdad que sí. Y cuántas veces uno mismo se ha sentido de igual manera, muchas más, verdad?
La vida diaria ha hecho que esos sentimientos comunes del hombre se hayan transformado en algo que se cree normal. Pero no es así, o por lo menos no debería ser así. No se debe aceptar la depresión, angustia y frustración como algo normal. El hombre no ha nacido para sufrir, aunque muchos quieran imponer la debilidad y el sufrimiento como algo propio del destino sin intentar cambiarlo.
Acepto que en la vida acontecen hechos que producen dolor, tristeza, temor; Sentimientos, todos dignos de un “hombre vivo” pero hay que saberlos manejar, porque si bien los sentimientos son buenos y necesarios, tienen su justa medida, pues luego de ese punto se tornan destructivos del Ser.
Es difícil también poder manejar los sentimientos y los estados de ánimo pues ni la mente más perfecta puede ir contra ellos. Pero nada nos puede impedir intentarlo.
Porqué cada vez que me levanto pensando en un problema en vez de pensar y sujetar mi día a él, no puedo pensar por el contrario en todo lo bueno que puedo hacer durante ese día y dejarme resolver aquel problema con el ánimo de saber que hay un montón de cosas que me hacen sentir bien… No sería eso mejor acaso?
Porqué el hombre débil de sentimiento se bajonea por hechos que a veces ningún sentido deberían tener?
Creo que esto me lleva a pensar que el bajon mas que algo normal es una enfermedad del corazón. Es cierto que es común que a todos nos pase, pero también es cierto que es una enfermedad que debe ser curada. Y el único remedio es la propia voluntad. Nadie puede dar la solución mas que el propio ser. Nadie tiene la verdad mas que uno mismo. Se debe levantar la cabeza, derrotar al problema y seguir adelante.
Espero cada uno de nosotros pueda decir todas las mañanas: “Hoy, como tantos otros días amanecí pensando en la vida y en todo lo que ella me regala a diario”
Tomás Thibaud
22-06-03