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Entrevista

 

“A la Argentina se le ofrece una enorme posibilidad de captar inversiones en la medida en que salgamos a buscarlas”

Entrevista al ingeniero Carlos Merenson, ex secretario de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentable y miembro del Consejo Asesor del Instituto Argentino para el Desarrollo Integrado (IADI).

 

Usted dijo que en Latinoamérica había poca capacidad de adaptación al cambio climático y una gran vulnerabilidad. ¿Cuál es la situación de Argentina en particular?

Nosotros no escapamos a esta regla porque tenemos una alta sensibilidad al cambio climático, éste va a impactar en nuestros sistemas sociales y económicos considerablemente. Nuestra capacidad de adaptación es baja en relación a determinados aspectos, particularmente económicos. Y nuestra vulnerabilidad es alta: somos productores de comodities agroindustriales y cualquier cultivo agrícola o producción ganadera depende de las condiciones climáticas. Si éstas se alteran podemos perder nuestra posibilidad de continuar produciendo. Para que esto suceda basta con que aumente un grado la temperatura promedio en las regiones tradicionalmente productoras.

 

¿Qué líneas de investigación o de desarrollo científico habría que enfatizar teniendo en cuenta esto?

Un tema clave es desarrollar estudios de vulnerabilidad, de adaptación, de predicción del clima. Es necesario tener la medición más exacta posible para detectar los cambios a tiempo. Hace poco accedimos a un informe del Pentágono que planteaba un escenario extremo de cambio climático que amenaza la seguridad de EEUU. Es un informe apasionante que hicieron dos prestigiosos consultores, y lo lograron hacer porque tenían mediciones y datos, incluso paleoclimáticos (son los que se remontan a 12.000 años atrás, que permiten saber cómo era el clima en esa región, para proyectar que podría suceder en el futuro). Estas son cosas que no se encuentran disponibles en Argentina, ni en Latinoamérica, en ese esfuerzo debería trabajarse. Una posibilidad sería generar una unidad en las concepciones ambientales, a partir de que se creen institutos de investigación, aprovechando la reciente formación de la unidad latinoamericana en la parte económica.

 

¿Qué significa económicamente el Protocolo de Kyoto para la Argentina y para la Región?

Es muy difícil proyectar la corriente de inversión tal cual se va a dar. Porque el Protocolo no se refiere solo a los mecanismos de desarrollo limpio, que es a lo que nosotros podemos acceder. Los mecanismos de Kyoto se van a dividir entre comercio de emisiones de implementación conjunta y el mecanismo de desarrollo limpio. Respecto de estos últimos, los países del Este van a absorber una enorme corriente de inversión, por eso Rusia ratificó el Protocolo, ésta va a ser una competencia muy dura para los países de Asia, de África o de Latinoamérica. Pero para Argentina se ofrece una enorme posibilidad de captar inversiones en la medida en que salgamos a buscarlas, porque va a ser un mercado competitivo. Los valores que hoy se manejan oscilan entre 5 y 10 euros la tonelada de carbono, no son valores despreciables, y Argentina esta preparada institucionalmente para empezar a desarrollar estos proyectos.

 

Hay una corriente de organizaciones que acusan de exageradas o sobredimensionadas a las predicciones del IPCC. ¿Qué opina usted al respecto?

El debate científico, lejos de haber terminado, día a día se profundiza. Frente a ese debate lo único que se puede decir es que en política ambiental existe lo que se llama principio precautorio, que es en lo que se basa nuestro accionar. Según este principio, cuando se está ante un riesgo tan grande que después va a ser imposible resolver sus consecuencias, hay que actuar. Entonces, el debate científico debe continuar, pero esto no debe paralizarnos. El error sería decir “hasta que no finalice el debate científico no hagamos nada”, porque el principio precautorio dice claramente: actuemos hoy, mañana puede ser tarde.

 

¿Se puede realmente mitigar las emisiones y mejorar las condiciones climáticas sin la participación de EEUU?

No, es imposible. Para que se dé una idea EEUU tiene casi 20 toneladas de emisión per cápita, frente a un promedio mundial de 4 toneladas. Pero no nos equivoquemos, también sin la participación de China, India y Brasil va a ser imposible. Porque estamos viendo un lado nada más: China es la 2º chimenea del mundo, aunque esto no se vea reflejado en las cifras por la enorme cantidad de habitantes que tiene. Es decir, el nivel per cápita es bajo, pero el nivel total es altísimo. Por eso decimos que un Protocolo que tiene fugas no sirve, porque lo que sucede es que la industria contaminante del norte se pasa a esos paraísos y las emisiones continúan. Es necesario discutir seriamente el principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas, que debe analizarse a la luz de esto. Porque hasta ahora dijimos: solamente el sacrificio lo van a tener que hacer quienes trajeron el problema, pero lo tenemos que hacer todos.


Permitida la reproducción de esta entrevista mencionando la fuente Ecopuerto.com

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